“El Real Zaragoza necesita ganar este partido vital para sus aspiraciones europeas...”, creo que todos los que seguimos a nuestro equipo tenemos esta consigna bastante clara.
Sin embargo, a estas alturas todavía existe un deseo de querer arrebatar la Liga al rival del sábado. Un deseo que en ocasiones parece sobrepasar al de alcanzar nuestro propio objetivo. Es probable que después de la temporada que hemos realizado, la UEFA se nos quede un poco “pequeña”, pero pensemos que es el primer paso de un nuevo proyecto que traerá –seguro- muchas noches de gloria. Un proyecto que ha nacido para que soñemos con victorias, pero con las nuestras, claro está.
¿Acaso preferimos celebrar la derrota ajena al propio triunfo? ¿o es que acaso lo nuestro no es lo suficientemente importante como para no mirar a los demás?
Quizás nos debamos acordar de cierto partido en el Calderón en el que muchos “aficionados atléticos” vieron como su equipo era vilipendiado por el Barcelona, recibiendo un 0-6. Quien sabe, igual se referían a eso cuando preferían perder su partido para que el Real Madrid no ganase la Liga... (sinceramente, no lo creo, pero bien les estuvo a muchos)
En esto del fútbol, para ser un equipo de los llamados “grandes” primero debemos creérnoslo nosotros y después ya pasaremos a convencer a los demás. Creámonos el ombligo del mundo y miremos sólo a lo que somos capaces de hacer.
Tengamos un equipo grande, y sobre todo, una afición que se lo crea.
Sin embargo, a estas alturas todavía existe un deseo de querer arrebatar la Liga al rival del sábado. Un deseo que en ocasiones parece sobrepasar al de alcanzar nuestro propio objetivo. Es probable que después de la temporada que hemos realizado, la UEFA se nos quede un poco “pequeña”, pero pensemos que es el primer paso de un nuevo proyecto que traerá –seguro- muchas noches de gloria. Un proyecto que ha nacido para que soñemos con victorias, pero con las nuestras, claro está.
¿Acaso preferimos celebrar la derrota ajena al propio triunfo? ¿o es que acaso lo nuestro no es lo suficientemente importante como para no mirar a los demás?
Quizás nos debamos acordar de cierto partido en el Calderón en el que muchos “aficionados atléticos” vieron como su equipo era vilipendiado por el Barcelona, recibiendo un 0-6. Quien sabe, igual se referían a eso cuando preferían perder su partido para que el Real Madrid no ganase la Liga... (sinceramente, no lo creo, pero bien les estuvo a muchos)
En esto del fútbol, para ser un equipo de los llamados “grandes” primero debemos creérnoslo nosotros y después ya pasaremos a convencer a los demás. Creámonos el ombligo del mundo y miremos sólo a lo que somos capaces de hacer.
Tengamos un equipo grande, y sobre todo, una afición que se lo crea.
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