viernes, 30 de mayo de 2008
4-4-2
Así de simple. Ha llegado Marcelino García Toral, y tiene las ideas muy claras: debe conformar un equipo con el grupo de hombres que decida seleccionar, y debe inculcarles el esquema más común de nuestros días. Así de complicado.
Marcelino viene precedido por una fama que se ha ganado logrando que sus equipos, habitualmente de los llamados "modestos", jueguen bien al fútbol. En su primera temporada como entrenador del Decano del fútbol español, ascendió al Recreativo de Huelva a Primera División, tras casi lograrlo con el Sporting de Gijón un año antes. Ya en Primera, en una destacadísima campaña (con una victoria de relumbrón en el Santiago Bernabéu incluida), llevó a los onubenses hasta la octava plaza. Y este año, con un Rácing que había roto su gran tándem ofensivo (Munitis - Zigic), ha conseguido clasificar al equipo cántabro en la próxima edición de la Copa UEFA, hito histórico en el club santanderino.
Aquí no lo tendrá tan fácil, me temo. De entrada, habrá de hacer frente a un vestuario díscolo, con la muy difícil tarea de lograr convertir a esos hombres en un equipo, en el sentido más corporativista de la palabra. Trae consigo el empeño de poner a tono un conjunto muy débil físicamente hablando, lo cual se antoja esencial para afrontar una temporada que empezará en agosto y acabará en junio, 42 jornadas mediante. Y sin olvidar la Copa del Rey. Tras lograr eso, arduo objetivo, tendrá que resetear el disco duro de sus futbolistas, y hacerles olvidar rombos, 4-2-3-1, 4-1-4-1 y demás esquemas usados este año. Se volverá al gran clásico, el 4-4-2, pero será diferente al que se practicó en ocasiones en esta nefasta temporada.
Para empezar, habrá bandas. Se va a acabar eso de darle la banda a un jugador con querencia a desplazarse hacia el centro. La Romareda volverá a tener extremos, y eso es una gran noticia, pues viene a suplir una de las grandes carencias de los últimos años en este club. Además, todo el conjunto se verá comprometido a defender y a atacar. Ya no veremos a los medios centros persiguiendo a los centrocampistas contrarios como pollos sin cabeza, y soltando el balón sin criterio hacia arriba esperando a que alguien lo recoja. No. Por supuesto, los medios centros defenderán, pero también conducirán el juego. Viendo el rendimiento del año pasado en esa zona del campo, no deberíamos sorprendernos si allí se dan varios movimientos de jugadores, tanto altas como bajas.
Se recuperará la estrategia, otra de las grandes lacras de este último Zaragoza que nos ha tocado padecer. Por fin los corners y faltas a favor volverán a llevar peligro, y al mismo tiempo, será difícil que nos sorprendan en jugadas de ese tipo. Alguna se escapará y acabará en gol, pero no tantas como antaño. Los equipos de Marcelino no reciben muchos goles, y ese dato habla muy favorablemente de su trabajo. La seguridad defensiva debe ser vital, y debe empezar no desde el medio centro, sino desde el mismo punta.
Si Marcelino logra todos sus objetivos, probablemente volvamos a ver, mucho tiempo después, a un Zaragoza jugando bien. No confundir con jugando bonito, no es lo mismo ni de lejos. Incluso puede ser contraproducente, sobre todo en Segunda División. Sin embargo, ni siquiera eso asegura un ascenso. El año va a ser muy duro, y Marcelino tiene mucha razón cuando dice que el ascenso se producirá en junio, o en mayo con mucha suerte, y no antes. Aquí entra en juego la última parte de la ecuación.
La afición, que ha vuelto a ilusionarse con la llegada del nuevo entrenador, debe ser paciente, y comprender que el año va a ser muy largo. Ya hace días que se consumó el descenso, y la Segunda división se sigue disputando todavía. De modo que hay que acompañar al equipo como se ha hecho al final de esta temporada, no esperar que todos los partidos se van a ganar de calle; hay que aprender a sufrir, porque personalmente no creo que se consiga entrar en los puestos de ascenso desde el principio y ya no nos baje nadie de ahí (antes que eso preveo una liga como la que está haciendo este año la Real Sociedad, en la que empezó con mal pie pero poco a poco ha ido remontando y ahora está ahí, a punto de cazar a los que siguen al Numancia en la cabeza de la tabla).
De momento hay que esperar hasta julio para que se empiece a configurar la nueva plantilla, se habla de posibles salidas pero el mensaje desde el club ha sido tajante: solo se escucharán las ofertas oficiales provenientes de clubes de fútbol, a los intermediarios ("buitres", los calificó Bandrés) ni se les recibirá. Hasta ahora se ha recibido una oferta por escrito para fichar a Diego Milito, proveniente del Nápoles, de 10 millones de euros, que ha sido rechazada por el club maño. Se rumorean nombres que podrían recalar aquí, como Zigic o Pablo Álvarez, o se discute sobre el futuro de Ewerthon y Lafita, pero lo único cierto ha sido la adquisición de Ricardo Oliveira, aunque está por ver si ha sido para venderlo posteriormente, para buscarle una cesión, o si realmente llegaría a jugar en Segunda división. No debe ser tan terrible, Buffon y Del Piero lo hicieron con la Juventus de Turín y luego regresaron triunfalmente a la Serie A. Incluso se ha convocado al veterano delantero para disputar la inminente Eurocopa.
No sé cómo saldrá la cosa, pero al menos este nuevo entrenador me transmite una cosa muy importante en el mundillo futbolístico: confianza. No es moco de pavo, en estos días tan oscuros que corren por la capital del Ebro.
Etiquetas:
Opinión
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Pues yo espero estar entre los tres primeros en 5 o 6 partidos , una vez hay no nos baja nadie.
ResponderEliminarEspero que aunque es dificil no lo sea tanto
RANDY