lunes, 10 de marzo de 2008

Sobresaliente






Sobresaliente, en primer lugar, a la afición de la Romareda. Aparcó toda crítica para momentos más adecuados, estuvo masivamente con su equipo (se agotó todo el papel en la taquilla), y no paró de animar a lo largo de todo el encuentro, espoleando a su equipo y siendo espoleados a su vez por el juego de su equipo. Recuperó el himno al final del partido para que los jugadores no bajaran los brazos, y premió con sendas ovaciones a ídolos asentados, como Milito, o a nuevos ídolos, como Matuzalem o el propio Óscar, hasta ahora centro de sus críticas.

Sobresaliente al partido, de los que hacen afición, con dos equipos atacando constantemente, incluso en una segunda parte que se podía prever más lenta por el cansancio acumulado tras las carreras de los primeros cuarenta y cinco minutos. El Atlético tiene dinamita arriba y lo sabe, de modo que Maxi, Simao y Forlán atacan sin dudar, contando con la baza de Agüero, además. Sin embargo, la nueva disposición táctica del Zaragoza y las ganas insufladas por su nuevo entrenador fueron capaces no solo de contrarrestarles, sino incluso de dar la vuelta y remontar un partido por primera vez en esta temporada, al contrario de lo que venía siendo habitual.

Sobresaliente a Manolo Villanova, que en una sola semana ha sido capaz de cambiarle la mentalidad a este equipo, ha recuperado a jugadores que parecían perdidos para la causa zaragocista (Óscar, Luccin, incluso Gabi jugó muy por encima de su línea habitual de la temporada), ha logrado que este equipo vuelva a jugar al fútbol, y ha empezado a mejorar la seguridad defensiva. El equipo reflejó la personalidad de su entrenador, se aferraron a la rasmia y al trabajo sin dejar de lado la calidad para sacar adelante un partido que supuso una catarsis para todos, y el principio del camino que debe conducir a la permanencia de este equipo en Primera División. Además, con Villanova pudimos ver algo poco habitual en el fútbol, y es al segundo entrenador de pie a su lado durante bastantes minutos, observando el partido con él y comentándolo, en lugar de quedarse en el banquillo esperando a que le preguntaran, como es lo habitual. Me gusta ese método de trabajo.

Sobresaliente al equipo, que se demostró a sí mismo que pueden jugar a esto del fútbol y ganar a cualquiera, incluso a un Atlético que venía crecido tras ganar al Barça (¿pasará lo mismo el próximo fin de semana frente al Villarreal?). César recuperó su instinto, y salvó el partido con actuaciones espectaculares, parando remates de Forlán y Agüero y sacando con los pies un mano a mano con Forlán al final del partido que fue decisivo. Arañó un minuto al descuento y permitió que sus compañeros se tranquilizaran para afrontar ese final de infarto. Diogo y Juanfran levaron las anclas impuestas por Irureta y pudieron subir de nuevo al ataque. No fueron lo mejor del partido, pero tampoco estuvieron tan desacertados como antaño. Ayala y Paredes estuvieron soberbios, con un marcaje a Agüero que en ocasiones pudo ser contraproducente (posible penalti de Paredes por agarrón en la primera parte, aunque Agüero también agarra y nadie dice nada de eso), aunque estuvieron tan encima de él que incluso Ayala salió a marcarle hasta el centro del campo. Luccin se reivindicó en su solitario puesto, cortando balones, dándolos a sus compañeros rápidamente, y estando en todas partes (salvó el empate tras una gran jugada de Agüero en la que el argentino regateó hasta a César). Gabi brilló bregando por ambas bandas (Villanova le permutó con Sergio García en la segunda parte y tampoco lo hizo mal), y Diego Milito abría constantemente huecos en la defensa rojiblanca para la llegada de sus compañeros. Inconmesurables Óscar, Matuzalem (¡qué hambre de balón tenía, estaba en todas partes, y vaya pases de 40 metros a Sergio García!) y el mejor hombre en lo que va de campaña, la regularidad hecha persona, y esperando una llamada de la selección que no se producirá por jugar en el Real Zaragoza: Sergio García, un hacha.

Notable al colegiado, aunque fue algo permisivo con el juego duro (ambos equipos repartieron con ganas) y se equivocó al no mostrar alguna tarjeta que otra (Pablo cometió una mano clarísima que se fue al limbo, debería haber sido su segunda tarjeta amarilla y ser expulsado), no cayó en el juego victimista del Atlético de Madrid, asentados en ese rol desde que Agüero llegó a España. Jugador pícaro, quedó marcado por aquel gol que marcó con la mano, y los árbitros le miran con suspicacia. En la primera parte pidió penalti por agarrón de Paredes, sin darle importancia al hecho de que también él estaba agarrando a su marcador. Como pasa en todos los corners, vamos. Pero se dejó caer y empezó a protestar. En la segunda parte recibió una falta al borde del área de Juanfran, pero se empeñó en pedir penalti porque Juanfran venía desde dentro del área. Ese victimismo esconde las carencias de un equipo con un ataque mortal, pero con una defensa igual de mortal, y con un centro del campo que solo es Raúl García. Perea y Pablo (¡qué miedo que este tipo sea titular con España en la Eurocopa!) son capaces de estropear en segundos todo el trabajo de su equipo a lo largo de un partido, pero ahí siguen. Y todo el equipo se echa para atrás en vez de buscar los tres puntos, esperando un golpe de inspiración de sus delanteros, y si no lo logran, tras el partido echan pestes del árbitro, hablan de robo, y esperan que se lo restituyan en su siguiente choque liguero.

Suspenso a Javier Aguirre, deseando al doctor Villanueva que el Real Zaragoza descienda a Segunda División. Si ya está mal que lo haga una afición cuando se enfrenta a un equipo que está desahuciado al fondo de la tabla clasificatoria, mucho peor que lo haga todo un entrenador, del que ya se sabe que le pierde la boca en la calentura de un partido, pero que tiene que saber que todo tiene un límite. El Zaragoza de Villanova le ganó la partida sobre el césped, cuando tras una primera parte igualada se comió a su Atlético de Madrid en una gran segunda parte. Si le cabreó la pérdida de tiempo de César al principio del descuento que hubiera hecho lo mismo que sus jugadores, solicitar al colegiado (y al cuarto árbitro, que está a mano) que descuente ese tiempo perdido, pero su comentario a Villanueva fue de lo más rastrero. Lo bueno es que las cámaras de Aragón Tv lo captaron todo y lo repitieron al acabar el partido, y se leen sus labios claramente. Lo peor es que nadie se ha querido hacer eco de esto.

Suspenso a los medios de prensa de ámbito nacional, como el diario Marca, Antena3 o Tele5. Sobre todo estos dos últimos, que quisieron dar la impresión de que el partido fue robado al Atlético de Madrid de manera descarada. En Tele5 llegaron a asegurar que la jugada de Juanfran sobre Agüero fue penalti, mostrando como prueba su imagen personalizada, ¡tomada desde la línea de fondo de la portería contraria! Ni se veía la línea del área, pero no les importó. Dudaron de que Simao le hiciera penalti a Sergio García, hablaron del otro penalti sufrido por Agüero, y no comentaron nada de la mano de Pablo, ni del partidazo del Zaragoza. En Antena3 hablaron de la dureza del Zaragoza, que se hinchó a hacer faltas (sin comentar todas las que hizo el Atlético de Madrid ni el buen juego de los de Villanova), de los dos penaltis cometidos sobre Agüero, y de que aunque Simao hace penalti a Sergio García, luego éste guiña el ojo a un compañero "como si se hubiera tirado". Sin comentarios, sacaron a tres o cuatro jugadores atléticos hablando de robo arbitral y se quedaron en eso. En fin, que les vaya bonito con sus pataletas, los tres puntos se quedan donde están y el Atlético perdió el partido por sus errores y sus miedos.

Sobresaliente partido, en definitiva. Si se juega así o parecido frente al Villarreal no escocería tanto una derrota, porque sabríamos que, ahora sí, la salvación es posible.

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