lunes, 12 de noviembre de 2007

El Bayer Zaragoza






Parece ser que, debido a la pertinaz costumbre del equipo blanquiazul de actuar como aspirina para aquellos equipos que atraviesan horas bajas, como el Betis ayer o el Valladolid la pasada semana, no solo se va a buscar el patrocinio de tan conocida marca de medicamentos sino que, además, se le va a cambiar el nombre al club, que dejará de denominarse "Real" para ser, con efectos inmediatos, tocayo de los alemanes del Leverkusen.

Lo peor de todo es que esto se veía venir, y nadie, técnico ni jugadores, han hecho nada por evitarlo. Es como ver que te va a caer una roca de varias toneladas en la cabeza y ellos, cual Wile E. Coyote harto de no capturar al Correcaminos, miran resignados a cámara, si acaso dicen adiós con la mano mientras se les agachan las orejas, y reciben el impacto sin moverse ni un milímetro. Al fin y al cabo saben, como el sufrido Coyote, que se volverán a levantar, más o menos maltrechos, y tratarán de obtener un mejor resultado en el próximo partido, esperando a la siguiente intentona de capturar al antipático Correcaminos que salga mal, con doloroso resultado.

Del partido se pueden sacar varias lecturas, como la efectividad ofensiva fue máxima: un disparo entre los tres palos, un gol. Tal vez se podría haber tirado más, ¿no? También que, aunque es un equipo y todos ganan o todos pierden, ayer solo dos futbolistas pueden salvarse de la quema, Fabián Ayala y César Sánchez. Curiosamente, en el momento en el que el central se retiró lesionado el Betis pudo iniciar la remontada. No quiere decir que la derrota sea culpa de Goni o Chus Herrero, en mi opinión es culpa de todos los que no fueron capaces de cerrar el partido, haciendo dos o tres goles más, para que en caso de un par de goles béticos tras la retirada de Ayala, no se escaparan estos tres puntos. Que hubieran sido injustos, sí, pero ¡lo bien que nos habrían venido! Y por supuesto, la culpa fue de Víctor Fernández.

Es digno de estudio el perseverante error de mantener a Carlos Diogo sobre el terreno de juego. Es el futbolista que menos aporta al equipo y el que más le quita. Sus errores y su inoperancia abren autopistas de ataque que los contrarios están aprendiendo a explotar sobre la marcha, ganando una y otra vez la batalla táctica a Víctor, incapaz, por lo que se ve, de cambiar en mitad de un partido el once o el esquema allí donde más duele para evitar perder un partido ganado. Lleva ocurriendo dos jornadas consecutivas. Más nos valdría que Víctor dejara de tropezar en la misma piedra.

Su decisión de poner a Chus por la derecha de la zaga y a Ayala por la izquierda deja entrever que considera al joven central culpable de lo acontecido frente al Valladolid, debido a la sangría que el ataque de los de Mendilibar ocasionó en la banda izquierda de la zaga blanquilla, en lugar de reconocer su error al colocar a Zapater en esa banda en lugar de buscar un jugador específico para cubrir ese puesto. Y si se ha de buscar en el filial se busca, que para algo la defensa es la línea más mermada del equipo, y la más importante. Excepto Diogo (también es casualidad) todos los integrantes de esa zona están o han estado lesionados, y en pocas ocasiones han sido cosas sin importancia. Víctor demuestra de nuevo que no conoce a la cantera zaragocista ni piensa invertir un minuto de su tiempo en hacerlo, cuando se aferra a lo que tiene o juega a hacer cambios de cromos a ver si, durante 90 minutos, la cosa aguanta. El Valladolid desangró al Zaragoza por ese enorme error de Víctor, y ayer volvió a ocurrir.

Cambiando a Chus y Ayala de lado, Chus se encontró con la obligación de ir a cubrir la banda de Diogo una y otra vez, ante la apatía del uruguayo, un caso absolutamente desconcertante. Regateando a escasos metros de su área, arriesga innecesariamente balones que pueden ser peligrosísimos, cuando su estado de forma es lamentable. No se acerca a cubrir su banda en la parte final, la que se acerca al banderín de corner, obligando al central a salir hasta allí, lo que deja todo el área en manos de Ayala, y con el apoyo de Paredes, que no es mucho tampoco, para contener todo el ataque bético. Mientras tanto, Diogo observa situado en la esquina del área lo que sucede, como si la cosa no fuera con él. Chus fue superado repetidas veces, y Ayala tuvo que emplearse a fondo para evitar males mayores. Cuando él no podía, estaba César para salvar la situación, y cuando el extremeño tampoco podía, afortunadamente el balón se iba fuera.

Tal vez al revés la cosa no hubiera mejorado, pues en caso de ser Ayala el que saliera a cubrir la desidia de Diogo, cuando hubiera sido superado (cosa que alguna vez habría ocurrido, lógicamente) Chus hubiera tenido que afrontar la avalancha verdiblanca, quién sabe con qué resultados. Eso sí, Ayala le hubiera dejado las cosas muy claritas a Diogo a las primeras de cambio, y a lo mejor el uruguayo empezaba a aportar al equipo, en lugar de restar. ¿La solución? La misma que para Aimar y D'Alessandro: banquillo. Si se ha sentado a Aimar y a Oliveira, en este equipo se puede sentar a cualquiera. Y a Diogo es más necesario sentarle que a nadie. Y por favor, Víctor, nada de experimentos, nada de Zapater o Celades en el lateral derecho porque alguna vez jugaron allí. El nombre es Valero, en la pretemporada demostró que se podía confiar en él más de lo que ha demostrado el uruguayo en lo que llevamos de temporada. Como le ocurrió el año pasado a Juanfran, ve que no tiene competencia para su puesto, y sin la motivación de ganarse un contrato (cosa que le impulsaba la anterior campaña) Diogo va camino de convertirse en el jugador más inoperante de Primera División.

El segundo gol bético es claro ejemplo de todo esto. Balón al lateral derecho del área, Diogo se queda mirando, Chus debe salir a tapar, y Zapater se pasa por allí, a ver si puede hacer algo. Pero no impiden el centro del balón, Paredes no puede evitar que Edú la meta al corazón del área chica, y allí Pavone repite lo que ya hizo en el primer gol: robarle la cartera a Goni (el chaval pagó ayer la inexperiencia, qué se le va a hacer) y rematar con César ya superado por los acontecimientos. Tal vez con Ayala esos dos goles no se hubieran producido (de hecho, se produjeron sin él), pero ahora solo cabe lamentarse por no haber sido capaz de anotar más tantos, de no haber tirado más entre los tres palos, de regalarles el centro del campo (¿pero es que Víctor no se percata cuando sus centrocampistas son superados en la batalla del círculo central, o qué? ¿Y la solución es Gabi por banda? ¡Pon a Generelo y monta un trivote que no se lo salten los verdiblancos en 20 partidos, hombre!), de no poner a Oliveira, mucho más asesino del área que Milito, aunque no le pase balones al argentino...

En definitiva, como máximo responsable Víctor debe hacerse cargo de la mayor parte de las culpas de la derrota de ayer. Si jugó (es un decir) Diogo se debe a una decisión suya, si no jugó Oliveira se debe a una decisión suya, si el equipo no se reforzó por el centro se debe a una decisión suya. Ahora la gran duda es, ¿podemos seguir confiando en sus decisiones? A este paso va a lograr convertirme en resultadista, ¡si hasta le he pedido un trivote para sujetar ayer el equipo como fuera! El principal error de Víctor no es reconocer sus errores, es no saber arreglarlos a tiempo. Lo hace de un partido a otro, como el cambio de lado de Chus tras la derrota frente al Valladolid, pero eso no arregla nada, porque se perdió el pasado fin de semana y se volvió a perder ayer. Si no se tira a puerta y no se puede aumentar la ventaja, entonces hay que impedir que lleguen los rivales al área con tanta facilidad. Hay que ser capaz de reaccionar en el momento, para poner solución a un partido que se podía haber ganado. Cúper puso en el césped al denostado por él mismo Pavone en cuanto se retiró Ayala, y Pavone le ganó la partida a Goni, Cúper a Víctor, y el Betis a un Zaragoza que, de nuevo, se las prometía muy felices, hasta que se dio de narices con la realidad.

Para acabar, quiero comentar algo que escuché en Carrusel Deportivo nada más acabar el partido. Un oyente (no dijeron desde dónde) envió un SMS para criticar a los comentaristas que "no dijeran bien los nombre de los jugadores nuevos de equipos modestos, el central del Zaragoza no se llama Goñi sino Goni". Lo sorprendente es que debería haberme llegado al alma lo de "equipo modesto", pero no lo hizo. Ahora veo claramente que eso es lo que somos, un modesto con ínfulas de ser algún día grande, viviendo de los recuerdos de los éxitos del pasado, y del legado que las viejas glorias ofrecieron a los aficionados que nos precedieron. Haber ganado una Recopa en 1995 no es suficiente para eliminar a un Aris de Salónica que estaba viviendo una auténtica guerra civil en su interior, al que este Bayer Zaragoza calmó dándole la oportunidad de jugar, ni más ni menos, que contra el más grande del torneo este año, el Bayern de Munich. No podemos seguir viviendo del sueño que nos produjo esa Recopa, pensando que algún año jugaremos en Champions por ser nosotros quienes somos, y que al año siguiente no habrá quien nos quite el título de Liga. La gran expectación levantada el año pasado con el cambio de propietario y las llegadas de Aimar y Víctor Fernández se han apagado ya. Tenemos un equipo de nombres en una Liga de hombres, y tan solo nos va a salvar el hecho de que al menos hay un puñado de hombres entre tanto nombre, y que hay equipos que aún están peor que el nuestro, sin hombres ni nombres. De modo que, repitiendo nuestra historia más o menos reciente, una vez cada 15 ó 20 años pasaremos por un gran bache que nos llevará a coquetear con la Segunda División, y caer a ella de vez en cuando. Pero también nosotros, como el Coyote, nos levantaremos y disfrutaremos de nuevo del equipo de nuestros amores, sin olvidar que, de vez en cuando, también nos cae una aspirina para nuestro maltrecho zaragocismo, en forma de copa, o por lo menos de noche mágica, como aquel 6-1 de hace dos temporadas. ¿Y acaso no vivimos para esos cortos instantes de felicidad futbolística?

3 comentarios:

  1. chico chico zico tu me lees la mente o que?? jojo totalmente de acuerdo con todo lo que dices quiero mas mas masssssss :)

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  2. A vueltoooo , es un placer volver a leerte
    Saludos

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  3. Es un placer contar con el análisis de calidad del afamado Zico.

    Enhorabuena compañero, cada día me gusta mas el blog.

    gornara

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