Ayer , domingo 15 de mayo nos jugábamos la vida deportiva, de nuevo nos la volvíamos a jugar.
El partido era de esos que suelen decir , que teníamos más que perder que que ganar.
Podíamos perder la categoría, de hecho de haber caído derrotados estaríamos en segunda. Pero no fue así, ganamos con sufrimiento, con mucho sufrimiento,con muchos nervios todos los nervios, pero ganamos.
Este fin de semana he querido no pensar en el partido, la verdad es que después de lo del miércoles y la dolorosa derrota en Anoeta, lo veía todo muy negro, demasiado.
Pero el tiempo pasaba, los días pasaban y me iba animando, más por corazón que por propio convencimiento.
Al comenzar el partido, los nervios ya me habían capturado, notaba mi corazón acelerado, mi cabeza a punto de explotar, no exagero cuando os digo que por momentos, de pie delante de la pantalla gritaba al televisor como si en la Romareda estuviera.
Se sucedían las oportunidades, pero no inquietábamos mucho a Kameni, el tiempo pasaba y todo , casi todo seguía igual en todos los campos, había que marcar un gol, pero llegó el descanso y el cero a cero seguía en el marcador.
Antes de este el Espanyol tuvo su oportunidad, pero Leo Franco tenía el día de cara, se ve que el amigo Murphy del que hablaba en mi escrito anterior se despistó, y estando solo ante él Callejón , pudiendo haberlo batido , pero Leo la detuvo, ¿suerte? tal vez. Yo así lo creo.
En la segunda parte, más de lo mismo, claro dominio zaragocista, el Español a verlas venir, y yo gritando delante de la pantalla, de pie, sin saber si cortarme las venas o dejármelas largas.
De repente Leo Ponzio, un estandarte zaragocista, desde fuera del área suelta un zambombazo, que sorprende a Kameni, haciendo inútil su estirada.
Yo no sabía que hacer, aplaudía, saltaba, gritaba, no me lo podía creer, pero lo increíble estaba por llegar.
El gol tranquilizó al equipo, el Español seguía a lo suyo, sin apenas inquietar a Leo, sin apenas inquietar a los zaragocistas que de cuerpo presente o desde la distancia estábamos viendo el partido.
Los resultados empezaron a no acompañarnos, Murphy de nuevo seguía haciendo de las suyas, pero ni siquiera él podía con nuestra Pilarica, los rezos , peticiones, incluso su presencia en el banquillo zaragocista , en el bolsillo de Javier Aguirre , hicieron que , porque eso sí que fue increíble, la oportunidad que le fabricó Leo Franco al Espanyol, en un tiro sin apenas peligro, da un bote extraño, a solo 10 minutos del final, Leo Franco , en lugar de cogerla la golpea hacia arriba, allí estaba el delantero españolista Álvaro, solo , la portería vacía, la pelota a la altura perfecta, sin oposición y la golpea, haciendo que los zaragocistas lo veamos todo perdido en solo décimas de segundo….pero de repente la pelota va hacia Franco, este la para como puede , vuelve a despejarla y allí Isaías, creo que fue Isaías, no es capaz de rematar , y aquí si que tendría sentido la palabra, reMATAR las ilusiones zaragocistas al fondo de la red.
Leo Franco, la Pilarica el caballozombi o quien quiera que fuera lo impidieron, no sé ni como, pero lo impidieron dejándonos a todos con una sensación de alivio imposible de describir, solo comparable a la que sentimos cuando el árbitro pitó el final.
Los demás , excepto la Real Sociedad , Osasuna y Mallorca, hicieron los deberes, dejándonos a una victoria de la primera división, con eso basta , eso nos falta.
Un empate podría valernos si pierde el Getafe, que en un partido a vida o muerte se la juega en Anoeta .
Habrá que esperar al próximo sábado , al filo de la media noche para saber si la temporada que viene seguimos en primera división. Mientras tanto seguiremos sufriendo con el Real ZaraSUFRE, que esperemos que acabe volviendo a ser el Real ZaraGOZA
No seré zaragozano, zaragocista el primero
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