Hace unos días pedí un poco de calma ante la derrota frente al West Ham. Hay buenas bases, las ideas están claras y está Aguirre, con su reconocida mano izquierda para manejar situaciones difíciles, al mando del timón que nos debe llevar a la permanencia.
Pero entre el partido del West Ham y el de Wolverhampton han pasado cosas muy significativas. Todas ellas derivadas una vez más de unas formas nefastas de hacer las cosas.
La plantilla vivía con una calma tensa desde el anuncio de la ley concursal y esperaban los jugadores en Soria que Agapito les diera unas explicaciones que llegaron con retraso pero que consiguieron apaciguar las aguas.
Y llegó el fichaje de Roberto, mal en las formas, el tiempo, el modo y la forma de conseguirlo. Eso propició desequilibrar un vestuario solidiantado por los impagos y que se hiciera una pequeña rebelión en Inglaterra.
Consiguió meter más tensión en una portería donde Leo Franco jugaba jurando que no le querían vender.
Consiguió colmar la paciencia de Leo Ponzio, un veterano llamado a tirar del carro y que desde hace tiempo tiene su mente y corazón en Argentina; y que empieza a dar muestras de desidia en el campo.
Consiguió mandar un avisoso tenebroso a navegantes diciendo que pese a quien pese Agapito va, una vez más, a buscar fórmulas para sortear la ley concursal.
Consiguió que una joven promesa de la portería como Eladio o el internacional sub 20, Alex Sanchez, se planteen que hacen en este club.
Consiguió que los que creemos que los canteranos aportan un plus de entrega que no aportan muchos fichajes foráneos nos sintamos ridiculizados y ninguneados una vez mas.
Y lo más peligroso de todo y es que ha conseguido poner muy nervioso a Javier Aguirre y al equipo dando muestras de agotamiento de la Fe en un nuevo proyecto que todavía no había comenzado a rodar.
Va a ser un año muy duro y muy largo. El equipo está muy verde todavía, como el año pasado, y nos va a tocar luchar para la permanencia, como el año pasado, en medio de una crisis deportiva e institucial de la entidad, como el año pasado. Resumiendo, nada nuevo bajo el Sol
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