Camino a la perdición

En este fin de semana tan cinematográfico, con los Oscar a la vuelta de la esquina, no podía dejar pasar la ocasión para buscar un título con reminiscencias al séptimo arte que definiera la situación del Real Zaragoza, sobre todo en lo concerniente al partido disputado en Sevilla la noche del sábado. Por desgracia, no dejan muchas opciones con una actuación así, y pienso que se ajusta mucho a la realidad actual del equipo: como no se ponga algún remedio pronto, esto va pero que muy mal.

El Real Zaragoza ni siquiera ha tenido el orgullo de no hacer un espantoso ridículo delante de toda España (o de la antenizada, al menos), y el hecho de jugar frente a las cámaras de televisión no les ha motivado ni lo más mínimo. Antes al contrario, cualquier futuro rival sabe a lo que atenerse frente a este equipo, e incluso en la Romareda se va a hacer difícil obtener victorias, toda vez que hoy se han mostrado todas las carencias y ninguna virtud. Una, si acaso, las salvadoras manos de César, que han evitado que la goleada, en lugar de ser de escándalo, se convirtiera en un auténtico escarnio.

Jabo Irureta parece haber dado todo de sí con este equipo, toda vez que no se sale de lo que ya nos ha mostrado una y otra vez. El cambio de Zapater por Celades ha sido un insulto a la afición blanquilla, un salivazo en el rostro. Con el partido ya perdido, ¿no es más lógico darle minutos y recorrido a un jugador que sale de una lesión de larga duración antes que a uno que ha demostrado ser tan incapaz como el futbolista al que sustituye? ¿O es que Irureta prefiere el "malo conocido" al "bueno por conocer"? Si va a entrenar conforme al refranero popular, mal lo llevamos. ¿Cuándo podrá jugar Matuzalem, pues? ¿Cuándo llegará la oportunidad de que acumule minutos, de cara a una futura titularidad?

Viendo que el equipo ha entrado en barrena, y que está en caída libre de cabeza a la Segunda División (ahora mismo soy incapaz de encontrar tres equipos peores, y ya ni siquiera se saca provecho de la delantera que se tiene, por lo que lo mismo da jugar con ellos que sin ellos), no pasaría nada porque Irureta dimitiera. Aún se está a tiempo de arreglar la situación, pero cada vez menos. Irureta ha hecho tan bueno a Víctor Fernández que, ahora que ya no está D'Alessandro, el club debería considerar ficharle de nuevo para salvar esta temporada como fuera. Es un imposible, ya lo sé. Por eso lo digo. O porque situaciones desesperadas exigen medidas desesperadas. De todos modos no importa, nunca sucederá, y aunque sucediese Víctor nunca aceptaría.

En fin, de vuelta a la realidad, no nos queda otra que aguantar, el proyecto de Agapito ha escrito su epitafio en la noche sevillana, y ahora hay que trabajar para impedir que se consuma el desastre, y para que el Real Zaragoza abandone ese camino que le lleva directamente a la perdición. Pero queda mucho trabajo por hacer. Muchísimo.